Haciendo una analogía con la comida chatarra, podemos compararla con una forma de vida que no nos brinda energía ni nutrición, que no nos ayuda a crecer y que nos vuelve lentos, pesados e irritables.
También existe la vida chatarra, cuando vivimos de una manera en la que no nos nutrimos, carecemos de energía y entusiasmo, simplemente existimos. Estamos llevando una vida chatarra.
Los maratonistas utilizan el término "kilómetros chatarra" para referirse a los kilómetros que corren sin una meta en mente. Cuando vi este mensaje, pensé que esto no podía ser cierto, porque creía que simplemente moverme era suficiente. Sin embargo, nada podría estar más lejos de la realidad cuando buscas mantenerlo a largo plazo.
El mensaje decía que si corres, pero no tienes una meta clara en cuanto a distancia o velocidad, estás corriendo kilómetros chatarra. No fue hasta que lo experimenté por mí mismo y entendí que esto es muy cierto. Cuando no tienes una meta en mente, poco a poco pierdes el entusiasmo por correr, entrenar o comer bien.
Comienzas a cansarte más, surgen las excusas como estar enfermo o no tener la misma edad. Empiezas a reducir las distancias o los pesos, y muchos incluso dejan de entrenar o correr porque no tienen ninguna meta en mente.
La vida es igual. Si queremos vivir una vida plena, necesitamos tener metas claras.
Aquí va mi testimonio: el año pasado me inscribí en una competencia de fitness. Estaba entrenando de 1 a 4 horas al día, a veces sin mucha motivación, ya que no tenía nada cercano que me hiciera sentir la necesidad de esforzarme un poco más. Sin embargo, al inscribirme, algo cambió. Tener una meta en mente hizo que mi primer entrenamiento después de la inscripción fuera diferente. Solo pensaba en mejorar, y mi enfoque al moverme fue más eficiente. Mejoré mis tiempos y por alguna razón, estaba mucho más motivado de lo habitual.
¿Qué fue lo que sucedió? Tener esta meta en mente de hacer un buen papel en la competencia activó algo en mi mente, en mi corazón y en mi cuerpo. Me ayudó a entrenar y moverme mejor de lo que estaba haciendo cuando solo eran repeticiones vacías, en mi caso.
Creo que vivir una vida plena significa vivir con propósito, sentido, destino y dirección. Es una vida que te mantiene entusiasmado por lo que está por venir.
Elige esta vida, elige vivir y no solo existir. No se trata de cargar con un peso pesado y decirte: "A partir de mañana, levántate y haz todas las clases en vivo, sal a correr y hazlo todo perfecto".
Da pequeños pasos hacia el orden en tu vida, en tus pensamientos, en tu hogar y en tu trabajo. Programa un poco tu día, vive de manera intencional y con propósito. Hazlo poco a poco y que este año comiences a vivir esa vida plena, esa vida abundante que todos queremos.
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